Fondo de Utilidades Tributables (FUT), suprimido por la reforma tributaria, alcanzó un monto de 1,25 veces el PIB. Expertos subrayan que el sistema de diferimiento de impuestos sigue operando aunque con nombres distintos.
No suma ni un peso más. El Fondo de Utilidades Tributables (FUT), que la reforma tributaria impulsada por el gobierno en 2014 dispuso eliminar a contar de este año, al considerarlo un potencial foco para la evasión de impuestos, arrojó su último cómputo: $ 208,6 billones, o US$ 335 mil millones con el actual tipo de cambio, equivalente a casi 1,25 veces el PIB de Chile, según datos del Servicio de Impuestos Internos (SII).
Creado en 1984, el FUT es un registro en el que las empresas contabilizaron, hasta el 31 de diciembre de 2016, las utilidades no retiradas por los socios, que se destinarían a inversión de las propias compañías, y que por tanto quedaríann transitoriamente pendientes del pago del impuesto global complementario.
Desde su constitución, el registro creció ininterrumpidamente, lo que no se detuvo en los últimos años pese a que la administración de Michelle Bachelet anunciara su eliminación, apuntando a que el mecanismo permitía a algunos contribuyentes diferir artificialmente el pago de impuestos utilizando el FUT para gastos en fines distintos a la inversión. En los últimos tres años, el registro creció 11,44%.
De acuerdo a datos del SII, casi un 71,6% del saldo definitivo del FUT fue registrado por las grandes empresas (ventas anuales sobre las 100.000 UF), en tanto que un 11,26% fue asociado a las compañías medianas. Una menor proporción se registró en las empresas pequeñas (9,51%), luego las micro empresas (4,54%) y el resto correspondió a empresas sin ventas (3%).
Respecto del destino de estas utilidades pendientes de tributación empozadas en el FUT, no hay claridad sobre cuándo podrían ser retiradas, sobre todo considerando que solo se sacarán de la empresa una vez se agoten las utilidades anotadas en los nuevos registros contables que se estrenaron este año con la reforma tributaria.
A mediados de julio, el ex ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, planteó que “sabemos que existe aún un FUT muy grande, que nunca se va a sacar si no es con estos incentivos. Nunca se va a pagar”, dijo, haciendo referencia al impuesto sustitutivo del FUT, mecanismo que se estableció en 2015 para “limpiar” el registro, y que recaudó US$ 2.316 millones entre 2015 y 2017, un 82,1% a través de una tasa única del 32% y el resto con una tasa promedio ponderada entre los socios de la empresa.
De esta manera, pese a que este impuesto incentivó el pago de US$ 33.269 millones del FUT, el registro continuó creciendo hasta el final, lo que según Cristián Vargas, director de Tax & Legal de BDO Chile y ex subdirector jurídico del SII, ocurrió porque “el incentivo para retirar y pagar ‘por adelantado’ no era tan atractivo. No era una ganga, la tasa era 32% y sin el incentivo habría sido 35% (en 2017)”.
Reafirmando esta visión, Juan Marín, socio Tax & Legal de Kreston MCA, explicó que “varias compañías optaron por mantener el FUT acumulado a finales del 2016, principalmente por el costo impositivo que significaba liquidarlo”.
Además, de acuerdo a expertos del área, que se termine el FUT como registro no significa que dejarán de acumularse utilidades pendientes de tributación.
Nuevos registros
Esto ocurre porque el nuevo Registro de Rentas afectas al Impuesto Global Complementario o al Impuesto Adicional (RAI) funciona similar a un FUT para las empresas acogidas al nuevo sistema semi integrado, con la diferencia que al momento de retirar estas utilidades solo se descontará del pago del global complementario el 65% del impuesto de primera categoría que pagó la empresa (el FUT consideraba el 100%).
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