Por Claudia Valdés Muñoz, gerente general de BBSC
La reforma al impuesto al Valor Agregado (IVA) -que nació como un mecanismo para recaudar los fondos necesarios para la Pensión Garantizada Universal- ha sido una de las más grandes en la historia de este gravamen. De un momento a otro, miles de pequeñas y medianas empresas que emitían facturas exentas se vieron en la obligación de pagarle al Estado el 19 % de las ventas. Las excepciones hoy son muy pocas.
Desde su implementación en 1974, el IVA ha sido un pilar fundamental para el sistema tributario, pues, la mitad de los ingresos fiscales dependen de este impuesto. Gran parte del desarrollo económico y las políticas públicas se las debemos al IVA. No obstante, en la otra cara de la moneda las pymes enfrentan mes a mes una dura realidad.
Y es que pagar el 19 % de las ventas, cuando los clientes pagan las facturas a 30, 60, 90 días o más, puede volverse un camino sin a pérdidas insostenibles. Sin contar con una gran espalda financiera, son muchas las pymes que terminan sobre endeudadas para poder cumplir a tiempo no sólo con sus obligaciones tributarias, sino también con las laborales, pues, el pago de salarios y cotizaciones tampoco espera.
En agosto del año pasado, un pacto fiscal prometía dar facilidades a los pequeños empresarios más desfavorecidos con este nuevo escenario. Una de las propuestas promovidas por el Ministerio de Economía es el pago de un monto fijo (inicialmente 1 UTM mensual) en sustitución del impuesto a la renta, el IVA y las obligaciones previsionales. Pero, con un límite de dos años para pymes con ventas de hasta 1.800 UF.
En tanto, al tercer y cuarto año, las empresas de menor tamaño ingresarían al régimen tributario Pyme Trasparente, donde aquellas cuyas ventas alcancen hasta 2.400 UF recuperarán el 100% del impuesto que les correspondería pagar durante los primeros doce meses; el 50% en los seis meses siguientes; y el 25% en el semestre posterior.
¿Podrán sobrevivir las pymes con estas herramientas? Está por verse. Por ahora, en BBSC hemos visto que los emprendedores que no han logrado traspasar el IVA a sus clientes han tenido que ajustar sus costos al máximo, en un escenario inflacionario que hace aún más complejo el desafío.
Por más de medio siglo, el IVA ha sido clave para la recaudación fiscal. Sin embargo, es importante seguir evaluando y ajustando el sistema tributario para garantizar su eficiencia y, sobre todo, la equidad. No hay que olvidar que las pymes representan más del 90 % del mundo empresarial en Chile.